Un reportaje de la Revista Gentelman
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Fue hace más de un siglo: el fugitivo urbano destronaba al del viejo Oeste para convertirse en el nuevo héroe, primero positivo y luego trágico, en el imaginario americano. Después del cowboy, el gánster. El bribón elegante, nueva figura legendaria con un vestuario ejemplar.
Nacido poco antes del año 1900, la época dorada de los gángsters, en el tema de la moda se sitúa un poco más tarde, entre épocas de locura y épocas de sombras, entre prohibición (1920-1933) y depresión (a partir de 1929). El gánster, en guerra contra las leyes y las convenciones, impone su estilo para no abandonarlo en la época en que Hollywood empieza a ponerlo en escena.
El sombrero
No hay un solo gánster que no se cubra la cabeza. Primero fueron las gorras de 'tweed' a la irlandesa o de tela según el estilo centroeuropeo. Luego vinieron los sombreros. El Panamá. Y sobre todo, de fieltro. El Borsalino –con una cinta grande– se convierte en el emblema del gánster. Gris, negro... o blanco, como en 'Scarface'. Todo jefe de banda debe tener en su armario un muestrario de Borsalino.
El abrigo
Ceñido, de un tejido apretado, el abrigo contribuye a la distinción de la silueta del gánster. Pata de gallo o más sobrio, el abrigo del padrino se parece a menudo al abrigo de polo, convertido en un clásico americano y cuya forma lanzada por Brooks Brothers hacia 1910 fue a su vez copiado de los ingleses.
La corbata
La corbata de pala es la primera forma de corbata moderna y apareció en los años veinte. Corta, triangular y con el extremo ancho. A menudo con una joya cosida en la corbata. De lana o de seda, italiana. Con frecuencia con rayas tenis. Con el nudo deshecho al acabar la noche. A veces sustituida por un gran pañuelo anudado. O un atrevido fular con lunares.
El terno
El gánster se diferencia del 'gentleman' en detalles sutiles. Si el corte o la ejecución de su terno cruzado de lana o franela (tejido estrella de la época) son, como en la otra casa, de la mejor factura, el malhechor (aparte de Al Capone, que con su eterno traje de tres piezas se queda en lo clásico) osa lucir tejidos más vistosos. Traje a rayas (imponen las verticales) o Príncipe de Gales, pata de gallo o cuadros ventana.
Los zapatos
¡Nada de números pequeños! Un calzado bonito para poder mostrar el andar elegante del gánster: zapatos de charol, a la irlandesa, o de dos tonos, a la italiana. Y puntiagudos. El gánster conoce la pompa. Él mismo ha sido encerador de zapatos antes de triunfar en el medio, como el héroe de 'The Italian' (1915), que inspiró a 'El Padrino' de Francis Ford Coppola.
Los tirantes y el cinturón
Tras haber llevado durante mucho tiempo tirantes, según el modelo anglosajón o centroeuropeo, el gánster aprecia cada vez más el cinturón de ante, al estilo italiano, signo de refinamiento suplementario.
El cigarro
Habano, como el de Al Capone, indisociable de su persona y que encontramos apretado en los labios de Little Caesar, héroe de la novela de W.R. Burnett e inspirado por Al Capone, del que se hará una película (1931) con Edward G. Robinson. Para el chico malo que prefiere el cigarrillo, un Zippo, cuyo primer modelo se creó en 1932.